miércoles, 5 de agosto de 2009

Luna



Luna, tu que brillas en su cielo,
adorna con tu beldad su noche
y dile mientras contempla
tu inexplicable mocedad,
lo mucho que siente
este corazón encarnecido
y lo bien que le ha hecho su existencia
a mi pausado caminar
y a mi mundo sombrío.

El crepúsculo de esta noche
no puede ser más bello que sus ojos
y ante ti confieso mi locura por tenerlo,
pues cuando la distancia lo separa de mis labios
quisiera poder llegar a el al dar un paso
y sentir nuevamente la tranquilidad de su presencia.

Tú que eres heraldo de amores
y fiel testigo de sus confesiones
dime si su latir me corresponde
y si soy digna de la felicidad que hoy poseo.
Y si merecerlo es solo un sueño,
que no sea este un sueño pasajero,
pues te juro que lo que más anhelo...
es que me dejes así viviendo.

3 comentarios:

JimmyJCH dijo...

Ahhh!!... ¿con que esto era lo que escribias esa noche en clase que no me quisiste enseñar?... Woow Marjorie, en verdad me dejas sorprendido... tus escritos son muy bellos y hacen sentir al lector un impacto agradable.
Se nota que estás enamorada, ¡afortunado aquel que escogiste! jjeje... bueno sigue así... creo que me convertiré en tu lector número 1... ojalá no tardes en escribir otro... suerte!!!

Telmo Quiroz Mujica dijo...

que cheere ahhhh

Anónimo dijo...

sobrecogedor!!! tal vez sea yo cuando estuviste comiendo demasiados pepinillos